Guía para el primer tampón

Seguramente, cualquier chica ha escuchado decir a sus amigas (o ellas mismas han dicho) frases como "yo no uso tampones porque me duele",  "solo uso compresas porque no me gusta llevar tampones" o "me da miedo utilizar tampones". Esto es algo muy común entre las adolescentes, que quizás no han recibido la información necesaria sobre su utilización.

La ventaja principal de los tampones es que son cómodos: La persona que los lleva puede bañarse en la playa, practicar deporte, o simplemente hacer vida normal sin notar la en ocasiones molesta presencia de una compresa. Por ello, es interesante que las chicas, sea por el motivo que sea, no se nieguen a su utilización, pues si se colocan de manera correcta no deberían causar molestias.

Lo más importante antes de insertar el tampón es estar relajada para evitar que los músculos pélvicos estén tensos y esto pueda causar molestias. Además, se debe adoptar una postura que permita insertar el tampón fácilmente: sentada en el wc con las piernas abiertas, de pie con una pierna apoyada en el wc y las piernas separadas, en cuclillas con las rodillas separadas...

A continuación, debe insertarse el tampón hasta que haya sobrepasado por completo el orificio vaginal (en el caso de tampones sin aplicador) o hasta que la pieza superior del aplicador haya entrado casi por completo. Es importante introducirlo con la punta señalando ligeramente hacia la espalda, para que siga el ángulo natural del conducto vaginal. Finalmente, hay que asegurarse de que el hilo del tampón cuelgue hacia fuera, para la posterior retirada del tampón.

En el caso de que la entrada del tampón siga siendo dolorosa después de seguir estos pasos, es recomendable que la chica pida cita con el médico para descartar cualquier problema que podría estar impidiendo una inserción indolora.


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